domingo, 20 de febrero de 2011

DESARRAIGANDO EL DIFICILISTA, DESARROLLANDO EL FACILISTA

¿Por qué harías esto?

¿Por qué desalojarías a lo difícil que hay en ti y verías las cosas más fáciles? ¿Por qué harías que tu vida sea más fácil? ¿Por qué dejarías de luchar y sacrificarte o de verlo en esos términos? ¿Por qué verías todos los asuntos como fáciles incluso en asuntos desconocidos? ¿Por qué tendrías una visión que te de la creatividad para facilitarlo todo? ¿Por qué cambiarías tu visión por una de esta índole?

La respuesta más común suele ser que uno está cansado/a de luchar con personas y/o circunstancias. Está cansado de ver la vida de una manera que sólo provoca situaciones difíciles de cualquier tipo. Uno concluye que la vida tiene que tener otro formato que permita a uno desplegar y realizar más potenciales, nuevos potenciales. Ser difícil no es algo triste, feo, malo, etc. Simplemente es algo retorcido que impide la expansión libre de uno.  Te das cuenta de que  no es glorioso quedar atrapado dentro de unos pocos potenciales luchando entre un conjunto de dificultades sólo por tener una visión dificilista (la visión dificilista genera todo el drama). Te complace una visión más expansiva que contribuya y sume, que te de la capacidad de realizar fluidamente tus sueños. Por eso uno se decide por el cambio. 

ACLARACIÓN IMPORTANTE: Un Facilista no es alguien que vive de lo conocidamente fácil y que dice que todo le es fácil. Esa comodidad y pereza no define a la visión facilista. Ser Facilista es un reflejo mental que se ejecuta automáticamente, en el cual la persona al toparse con cualquier asunto piensa instantáneamente antes que nada que lo que tiene enfrente es: “Fácil”. Es un reflejo automático que se reproduce una y otra vez en cada situación. Luego la experiencia adquiere ese formato porque uno tiene la mente preparada para ello.  

Practicando la Visión Facilista

En este segmento, proponemos un ejercicio para desarrollar tu visión facilista y así transformar paulatinamente tu vida. El objetivo principal de ésto es autoprogramarse para comenzar a ver las cosas como “fáciles”. No para “detectar cosas fáciles”, sino para “ver y hacer que todas las cosas sean fáciles”. Con este ejercicio vamos a crear el hábito a convertir las experiencias hacia un estado de fluidez, facilidad y resolución natural empezando por ver al asunto como fácil antes de conectar con él.

A continuación expondremos el ejercicio, describiendo el día de una persona que comienza a desarrollar la visión facilista en su vida.

(Está en primera persona)

Despierto y lo primero que pienso es: “FÁCIL”, y determino mentalmente que hoy voy a facilitar cualquier asunto tanto a mí como a los demás. Si decido seguir durmiendo un poco más, afirmo: “FÁCIL”. Si  calculo que voy a levantarme en un rato, pienso: “FÁCIL”. Antes de efectuar la acción de salir de mi cama, afirmo: “FÁCIL”. Me dirijo al baño y, en cada paso, pienso: “FÁCIL, FÁCIL, FÁCIL, FÁCIL Y FÁCIL”.

Vale aclarar que, al principio, uno repite mucho el pensamiento y con el correr del tiempo la mente lo ejecuta como un reflejo. Así que no es necesario seguir repitiéndolo, debido a que se hace sólo porque se ha educado al cerebro para hacerlo así. Seguimos…

Antes de abrir la canilla o usar el retrete, digo: “FÁCIL”. Antes de tomar el cepillo de dientes o de lavarme la cara, afirmo: “FÁCIL”. Antes de entrar a bañarme o cambiar el vestuario, digo: “FÁCIL”. Si la acción dura un rato, como bañarme o cambiarme, repito: “FÁCIL, FÁCIL, FÁCIL” durante la experiencia y al terminar vuelvo a afirmar que fue: “FÁCIL”. Antes de pasar por el umbral de una puerta, digo: “FÁCIL”. Al entrar a la sala o escena estoy predispuesto con esta visión. Antes de tomar mi taza o los elementos para prepararme algo de desayuno, digo: “FÁCIL” y comienzo a prepararme el desayuno afirmando que es “FACIL”. Antes de encender el teléfono, digo: “FÁCIL”.

Afirmar “FACIL” antes de cualquier asunto es preparar la mente y el escenario para facilitarlo todo. Lo expuesto en este ejercicio es algo muy simple y muy poderoso. Sin embargo, desde una visión dificilista y compleja se puede menospreciar el contenido debido a la expectativa de alguna fórmula mágica secreta o alguna solución extraña y/o compleja. Sepan que las soluciones de un dificilista son complejas o rebuscadas y las soluciones de un facilista son sencillas y simples. Ambas producen resultados.

Antes de comenzar a hacer ejercicio físico o leer las noticias o prender el televisor o hacer alguna otra actividad matinal, afirmo: “FÁCIL”. Antes de tener contacto con cualquier persona o animal, digo: “FÁCIL”. Antes de tomar algún objeto, digo: “FÁCIL”. Antes de pasar por el umbral de la puerta de salida de mi casa, me repito: “FÁCIL”. Salgo, y cuando voy caminando hacia mi coche o hacia el transporte o hacia la plaza, o hacia algún lado, afirmo en cada paso: “FÁCIL”. Si escucho un ruido, antes de mirar el asunto, pienso:“FÁCIL”.      

Al repetir la practica en cada escena del día, con el correr del tiempo se genera un reflejo mental automático que hace que uno conecte con los momentos y con la visión facilista encendida. Esto genera una creatividad que fluye y facilita todo. Con ideas simples se resuelve todo, las ideas simples surgen de haber creado el hábito a ver las cosas fáciles.

Si recibo un llamado antes de atender, digo: “FÁCIL”. Si voy al encuentro con alguien antes de tomar contacto, afirmo: “FÁCIL”. Antes de cualquier acción, afirmo: “FÁCIL”. Si se me encomienda una tarea antes de escucharla, pienso: “FÁCIL”. Antes de recibir cualquier tipo de noticia o comunicación afirmo: “FÁCIL”.

Estamos creando el hábito a percibir las cosas como fáciles. No importa de qué se trate, sólo importa el hábito a verlo fácil. El hábito de convertir cualquier asunto en algo fácil. Esto no es quitarle dedicación a los asuntos. Sin embargo, puede que al tener una visión dificilista muchos asuntos a los que le dabas gran dedicación, ahora dejarás de dársela y pondrás tu atención en asuntos nuevos.

Antes de alimentarme, afirmo “FÁCIL”. Antes de ponerme a analizar algún asunto, digo: “FÁCIL”. Si necesito vaciar mi mente para estar en paz antes de hacerlo, digo: “FÁCIL”. Si tengo que olvidar algo, digo: “FÁCIL”. Si tengo que recordar algo, antes de proponerlo, digo: “FÁCIL”. Si tengo que hablar de algún asunto especial con alguien, antes de encararlo, afirmo: “FÁCIL”. A medida que voy convirtiendo en fáciles los asuntos, al darme cuenta, digo: “FÁCIL”. Si tengo que tratar bien a alguien, afirmo: “FÁCIL”. Si tengo que lograr un objetivo, afirmo: “FÁCIL”. Etcétera.

Procura jugar este juego todo el día, hasta hacerlo un hábito que se convierta en una realidad en tu vida. Con el correr de los días, notarás que todo fluye de manera distinta, que los asuntos son los mismos pero se ven y se resuelven más fácilmente. Notarás cambios en cuanto a lo que piensas, en cuanto al tiempo que dedicas a ciertas cosas. Ciertas cosas dejarán de llamarte la atención y dejarás de perder el tiempo en círculos que no te llevan a ningún lado. Dejarás de batallar, tendrás más creatividad y rapidez en la resolución de asuntos de tu vida. La señal más interesante parar tener en cuenta es que comenzará a sobrarte tiempo. Te deseo que ese tiempo te sirva para expandir más lo que eres.

Saludos. Facilidad y fluidez en tu práctica, en la creación de tu hábito. 

Hasta el próximo post. 

Te saluda alguien que juega y practica ver a todos los asuntos como fáciles.

En próximos posteos, aclararemos más la visión facilista y agregaremos otras simples formas para -justamente- facilitar la implementación de la misma. 

A continuación, dejo la dirección de correo electrónico para realizar intercambios con quienes estén más interesados en la visión: siemprefacilista@gmail.com

También estamos en www.facebook.com/visionfacilista

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